El Miedo


Casi siempre pensamos que existe algo que es realmente importante en nuestra vida y por lo cual seríamos capaces de sacrificarlo todo. Pensamos que nuestra felicidad e incluso el equilibrio del universo depende de que una situación específica se dé como nosotros lo deseamos. El simple hecho de pensar que las cosas pueden suceder como no lo deseamos nos produce escalofríos y nos genera miedo. Pero el miedo solo es producto de nuestra identificación con algo que no es real, porque le damos importancia a lo efímero. El orden universal se mantiene siempre igual e inmutable, el absoluto es perfecto por naturaleza y al final es lo único realmente importante. Pero como no podemos temer por lo único importante, entonces vamos reduciendo nuestra visión hasta preocuparnos por nada. Quien posea una visión más amplia se preocupará primero por su alma inmortal, otro con visión reducida pensará en su vida mortal. Una conciencia elevada teme no poder cooperar con el absoluto, una conciencia mínima solo se preocupa por defender intereses aislados. El hombre inconsciente teme ser despojado de su vanidad, por ello siempre defiende sus falsas ideas sobre el mundo y sobre sí mismo. El hombre inconsciente teme también ser despojado de sus perecederos bienes materiales y por eso se esmera en buscar placeres físicos. La compasión nos permite perder el miedo, si eres capaz de sentir, pensar y amar como el otro, y como el universo, puedes conocer la unidad. No puedes perder nada porque nada es tuyo, ni siquiera tu vida te pertenece, pero puedes hacer algo útil con lo que tienes a la mano, o puedes desperdiciarlo. Nuestra piel teme ser cortada porque solo existe como piel y no tiene conciencia más que para verse a sí misma, pero no somos nuestra piel. Nuestra mente teme ser enfrentada por conceptos contrarios porque solo es una mente, pero nosotros no somos nuestra mente. El corazón puede vencer el miedo al mostrarnos que el agredido y el agresor son parte del mismo orden cósmico, pero tampoco somos nuestro corazón. Todo lo que existe es parte de la realidad y nos permite conocer la verdad, pero debemos colocar cada cosa en su verdadero lugar.